Es conocido que en las culturas de México y del mundo, a lo largo de la historia, antigua y moderna, las personas han recurrido a la medicina tradicional. Como forma de mitigar y luchar contra la enfermedad, el infortunio y las crisis vitales. Es practicada por especialistas rituales; hombres y mujeres, portadoras de un conocimiento mítico y ancestral; de la naturaleza, las plantas y poseen la capacidad de comunicarse, a través del trance extático con las deidades.
Los cuales son encargados de realizar: curaciones, adivinaciones y encabezar rituales en beneficio de las comunidades. En México son llamados curanderos, dependiendo de la región y grupo étnico, se les denomina de diferentes formas en su lengua. Los otomíes los nombran badi, los nahuas ixtlamaque, los huicholes marakame, los mazatecos shota shine. Sin importar su geografía o lengua, estas denominaciones son traducidas al español como: “el que sabe”, “el que cura”.
El chamán, es un especialista de la etnia y lengua tungús, perteneciente a Siberia. Mircea Eliade en su texto, El chamanismo y las técnicas arcaicas del éxtasis, nos manifiesta lo siguiente: “el chamán es un mago y un hombre-médico: se cree que puede curar, como todos los médicos y efectuar milagros fakíricos, es además psicopompo, sacerdote, místico y poeta. Es el especialista de un trance, durante el cual su alma, se cree abandona el cuerpo, para emprender ascensiones al Cielo o descendimientos al Infierno”. Eliade, señala que el chamán domina sus “espíritus” y logra comunicarse con los muertos, los “demonios” y los “espíritus de la Naturaleza”. Es el gran especialista del alma humana: sólo él la “ve”, porque conoce su “forma” y su destino. La función esencial y rigurosa de este personaje es procurar la curación.

Su conocimiento del mundo de la naturaleza y sobre todo de las plantas curativas es muy importante. Puesto que la mayoría de las veces, el remedio de las enfermedades es a base de éstas. En el caso la utilización de las plantas, que favorecen la interrupción del embarazo, es muy amplia y peligrosa su aplicación. Ya que depende del especialista o curandero, indicar a la mujer o paciente, que recurre a él; con el propósito de inducir el aborto, cual es la qué mejor convenga y como debe de ser suministrada.
En México las plantas más conocidas y utilizadas, que favorecen la interrupción del embarazo, recetadas por los curanderos. Nos las describe el Códice de la Cruz-Badiano y el libro Libellus de medicinabilus indorum herbis, escrito por el médico mexica, Martin de la Cruz. Donde nos narra la utilización de las plantas o hierbas llamadas: “Cihuapahtli (zoaplatle), sopacle, iztauhyatl (estafiate, Artemisa mexicana), atzitzicaztli (Urtica), entre otras. Se preparaba una infusión y se ingería, provocando la dilatación de la matriz y el útero, provocando sangrado y expulsión del feto.
A la llegada de los españoles y la conquista de México-Tenochtitlan, son introducidas nuevas hierbas, plantas y condimentos como: La ruda, el romero, la albahaca, la Santa María, el comino, el orégano, la canela, el perejil, y demás. Los cuales son preparados en forma de potaje o té. Al ser tomados por las mujeres embarazadas provocaban, el aborto e interrumpían el embarazo.
Cabe señalar que la utilización de estas técnicas abortivas a base hierbas, debe de ser prescrito por especialistas. Ya que de lo contrario es muy peligroso, puesto que puede producir sangrados excesivos, que pueden causar la muerte de la mujer.